Es mi utopía, mi cimiento,
quien me inspira a seguir en la lucha.
Un compañero fuerte como estruendo,
y frágil como un hielo.
Que cubre de colores,
días que solo se ven blanco y negro.
Muchos de ellos serán difíciles,
pero seguiremos resistiendo,
ya que si la vida fuera sencilla,
no tendría sentido todo esto.
Allá en el horizonte está él, mi sol,
haciéndome correr para alcanzar su amor,
para estar en la seguridad de sus brazos,
mientras dejo escapar sus besos.
Jamás pierdo el sabor de ellos,
su rostro en cada parpadeo,
y su voz al teléfono...que se desvanece
como el vuelo de un ave por los cielos.
Una compañía que me hace libre,
y logra que por momentos,
nada se complique.
Él me hace irreconocible,
más viva y sensible,
hace que mi honor no enajene,
para levantar mi puños,
abrir mis rojos ojos,
y observar el negro cielo.
Evita que siga los dogmas
de esta egoísta sociedad.
Púes dicen que...
cuando tenemos la libertad,
no sabemos que hacer con ella.
Aún así, no quiero que me dominen,
ni deseo dominar.
Porque él es mi libertad, y si la pierdo...
solo sería un vago espíritu,
y mi corazón subversivo,
ya no despertaría contento.
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